sábado, 19 de julio de 2014

Literarias: Asir



Era una noche de luna llena, una clara noche estrellada de agosto.
El monoambiente era completamente blanco, con sus làmparas de botellones reciclados en flores verdes, incoloras y azules.
Todo era prìstino, casi irrealmente limpio.
El departamento olia a un aseo desmesurado, desesperado por la pulcritud.
Desde el balcòn podìa verse el estallido nòctàmbulo de los astros suspendidos.
La atmòsfera parecia mecerse sobre las olas de Alfonsina, al son del acuàtico sonido de "The big Blue".
El futòn de guatambù relucìa con sus sàbanas blancas, junto a la pared norte.
Ella asiò el futòn del lado opuesto al muro y lo corriò hacia el centro del monoambiente, de tal manera que el ventanal dejaba ver en el centro, el dije redondo que lo iluminaba todo.
El la mirò, con ojos emocionados y le dijo, suavemente:  "Vos creiste que corrìas la cama para ver la luna y yo sentì que movìas mi universo".



                                                                       Marìa Eugenia Ramos
                                                                     Buenos Aires, 07 07 2014

Literarias: Fuga


Creyò abandonarlo, que huia hacia la tranquilidad de la soledad reflexiva.
Pero sòlo corriò por su vida.
Una y otra vez la llamaba, le preguntaba què estaba haciendo.
Los domingos, cuando ella buscaba el refugio de su casa, donde pensar tranquila, èl daba vueltas en la suya, como un  lobo enjaulado, planeando còmo atrapar a su presa.
De tanto en tanto la llamaba y le preguntaba: "Què estàs haciendo?".
"Pensando", contestaba ella, por no inventar algo.
Empezò a sentirse sumergida en el suplicio de la elecciòn entre la soledad y un amor siniestro.
Pero sin saber còmo, de repente, rodando entre adoquines, sintiò desatarse las cinchas y a galope de pedal recuperò el vuelo.

                                                                                 Marìa Eugenia Ramos
                                                                               Buenos Aires, 07 07 2014