domingo, 28 de junio de 2009

Cine: Los Olvidados, una película de Buñuel

Les propongo un encuentro entre el psicoanálisis y el cine a partir de algunas observaciones de esta película de Buñuel, filmada en México en los años 50.


En esta oportunidad, voy a trabajar con una película de Buñuel. Se llama Los Olvidados, y trata sobre la marginalidad, la pobreza, el destino y la subjetividad. Fue filmada alrededor de los años 50, en México, poniendo de manifiesto la realidad social de ese país y de latinoamérica.

Es una película que deja huella en el espectador, sea cual sea su posición respecto las cuestiones sociales y el cine. En algunos aspectos, paisaje donde se desarrolla, pese al paso del tiempo, es igual al de nuestros días. Una villa con sus reglas, sus códigos, próxima a una autopista. En la villa el hambre hay que enfrentarlo momento a momento, el agua sale de canillas de uso barrial, y la autopista es un reflejo del progreso y la división etaria. De todos los personajes me interesa especialmente Pedro, porque en él irrumpe la figura del Jaibo como un destino que acecha.
La voz en off con la que se inicia la película, sugiere que la pobreza y la delincuencia están entrelazadas, y que es un problema que las sociedades algún día podrán resolver. Claramente dice el locutor “esta película no es optimista”.
La cuestión arranca presentando la delincuencia violenta, descarnada casi como lo cotidiano de la pobreza; una escena que mantiene cierta homeostasis entre ambas situaciones.
Me interesa hacer una referencia a la época, los años 50, en Europa, especialmente en Francia cuentan con una figura fuerte para entender estos temas. Es la figura del psiquiatra, que desde el saber normativo explica la marginalidad, las conductas desadaptadas, y quien fija la responsabilidad del criminal. Foucault es su libro “Los Anormales”, comienza leyendo pericias psiquiátricas de esos años. Dicho análisis arqueológico coincide con la fecha de presentación del trabajo de Lacan “Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en criminología” (Escritos I, Siglo XXI editores).
Tres genios como Foucault, Buñuel y Lacan, abordan el mismo fenómeno coincidiendo temporalmente. También los tres descreen de la concepción sanitarista de la criminología Lo jurídico recurre entonces a la ciencia, siendo la solución: la incuestionable idoneidad del psiquiatra.
Buñuel pone en jaque el modelo deficitario como explicación de los problemas sociales. Para esto recurre en el film a la figura del juez, y al personaje del director de la granja de rehabilitación. Ambos hacen casi una denuncia de la injusticia social, en lugar de acusar a los pobres de delincuentes. La idea expresada por el Juez es que los padres son responsables por los hijos, obligando a la madre de Pedro a ver a su hijo. Por su parte el Director de la granja se queja de la miseria como la causa de un destino siniestro.
Lacan nos permite pensar el problema del crimen en la cultura en sentido estructural: no hay manera de estar en la cultura sin ley positiva, lo que delimita como efecto, pecados y pecadores; rompiendo así el matrimonio entre pobres y delincuencia.
Creo que los tres pensadores, respecto del saber científico, jurídico y la moral que estos discursos provocan, asumieron el rol de herejes. La metáfora que representa de manera maravillosa esta cuestión es el huevazo que tira Pedro sobre el ojo de la cámara. Lo disruptivo del huevo rompiéndose contra la cámara, implica mirar los hechos desde otro punto. Un lente con un huevazo, ya no es el mismo, se perdió la continuidad de la imagen, y la comodidad del espectador.
Me atrevería entonces a darle otro nombre a la película, haciendo un forzamiento de la palabra, la llamaría LO EXCLUIDO. Mi maniobra se debe a que la escena del huevo estallando en la cámara, es comparable con el efecto que se produce cuando se descubre al sujeto en un análisis. Pienso que este cineasta pesca el efecto del sujeto de la escena, para lo cual es necesario hacer entrar al espectador.
¿Por qué ocurre esto? Había algo que estaba en un sitio y no se sabía que estaba allí, todo parecía acomodado normal. Ese instante en la película es una sorpresa. Pedro para el espectador, desde ese instante, deja de ser un olvidado, aunque el director elija para su entierro un basural. A partir de esta escena, algo cambió, para el espectador. La película introduce cierta incomodidad, parece como si el huevo salpicara. Es la furia de Pedro por su destino la que atraviesa la cámara. Creo que esa es la forma en la que nos retorna la marginalidad: irrumpe, golpea, pese a los esfuerzos de represión y control de la sociedad. Propuse LO EXCLUIDO porque: no es sólo un olvido, sino que se trata de un retorno, de algo que sorprende. Básicamente son excluídos porque es un forzamiento a la marginalidad con la carcterística que de algún modo, esta vuelve. No alcanza con no querer saber para marginar lo intolerable, no querer saber solo refuerza la idea de lo inevitable.
Buñuel juega con los personajes con una plasticidad que le permite, como explicité, decir al juez que la culpa del destino de Pedro es responsabilidad de sus otros, como la madre; o el director de la granja que desea encerrar a la miseria. Allí mismo hay un dato valioso, la escena de Pedro en la granja tratando de enderezar su destino es clave. El director de la institución creyendo que podía conmover a Pedro al darle dinero y libertad, nuevamente lo deja solo con su destino de margen.
Quizás repensando la escena podríamos imaginar la posibilidad de haberlo acompañado, en lugar de empujarlo al mundo con una suerte de bendición. Este error lo paga Pedro, de hecho el niño es muy claro cuando le dice a su madre “quiero ser bueno pero no se cómo”. El film refleja un prejuicio, al esperar que alguien a quien se deja solo cambie. Lo que hace de Pedro un exponente de los olvidados, no es solo lo siniestro de la marginalidad social, sino el hecho de que siempre lo dejen solo, o para decirlo mas claro que no quieran saber de él. Comparable también con la vida de El Jaibo.
A riesgo de que mi perspectiva pueda resultar provocadora, creo que el problema a escala ampliada, implica la determinación social y el ideal de tener que zafar solo. Digo esto porque la marginalidad, está vinculada con lo incorregible, y es tratada como déficit desde lo orgánico, desde la crianza, etc, pero siempre con la delincuencia latente. Como si el déficit quedara encriptado en el marginal, quien se curará o no, según la predicción de las pericias de los expertos. La posición ingenua del director de la granja señala un modo de pensar, desea encerrar a la miseria pero deja solo a Pedro. De parte de Pedro creer que tiene que poder con eso que se le pide,-¿desde dónde viene la exigencia: de las tripas o del Otro?- cabría interrogar la maniobra de darle dinero, si es esta una apuesta o una exigencia. Pedro cae en la trampa de tener que poder solo, porque fallarle al director lo avergüenza.
Voy a finalizar esta lectura de la película, con una perspectiva literaria. Se trata un artículo de Julio Cortázar, que surgió luego del insomnio que le produjo Buñuel con Los Olvidados, dice textualmente: “ He aquí todo va bien en un arrabal de la ciudad, es decir que la pobreza y la promiscuidad no alteran el orden, y los ciegos pueden cantar y pedir limosna en las plazas, mientras los adolescentes juegan a toros en un baldío reseco, dándole tiempo de sobra a Gabriel Figueroa, para que los filme a su gusto. Las formas – garantías oficiales no escritas de la sociedad, ese who’swho bien delimitado- se cumplen satisfactoriamente. El arrabal y los gendarmes de facción se miran casi en paz. Entonces entra el Jaibo.” El texto pertenece la revista SUR, Nº 209-210, marzo abril de 1952. Página 102.
Cualquier comentario explicativo de esta cita resultaría un error grave, por ello solamente quería subrayar, la descripción de la marginalidad, la convivencia de todos, el arreglo social para que “el arrabal de la ciudad” no moleste. En este sentido la aparición del Jaibo, con las consecuencias de su presencia es necesaria.
Creo que la agudeza de Cortázar, al observar la entrada en escena del Jaibo, hace temblar a la psicopatología, y hace lugar a lo social en imixión con la subjetividad.

Alejandro Ercoli

2 comentarios:

  1. como cualquier texto que incluye un bosquejo de la crudeza de la realidad social en los arrabales mexicanos que son similares en america latina, cuyo semblantes son presentados por cineastas hispanoamericanos son lamentablemente ignorados por el grueso de la poblacion fuera de esto, me parece de lo mas interesante tu articulo
    gracias por compartirlo

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  2. Me parece muy buen analisis.

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